EL PAVO, GALLO DE PAPADA

"Lo que es bueno para comer, es bueno para pensar". (Apicio).

Probablemente no correspondería escribir sobre el objeto de nuestro artículo de hoy según la secuencia en el tiempo que seguimos en “Saber para comer” pero aprovechando las fechas en las que nos encontramos he decidido que podría ser oportuno que nuestro protagonista sea en esta ocasión el pavo.


Pavos reales. (Rembrandt).

Fue en el siglo XVI cuando Hernán Cortes comandando un grupo de españoles, desembarcó en las costas de México, avanzando hasta Tenochtitlán, capital del imperio azteca. Por el camino se encontraron con un ave a la que llamaron “gallo de papada”, allí era llamado guajalote. No solo proporcionaba alimento, con sus plumas los aztecas fabricaban mantos, adornos para sus cabezas, abanicos y las flechas se orientaban gracias a ellas. Los espolones se utilizaban como afiladas puntas y con frecuencia la imagen del guajalote fue empleada como motivo decorativo en la cerámica indígena. Cuentan las crónicas de entonces que el emperador Moctezuma, que en aquellos años regía los destinos del pueblo azteca, tenía en su palacio gran cantidad de guajalotes, que además de servir de comida para los moradores del mismo, servían como alimento a las aves de rapiña y otros animales carnívoros que el emperador azteca poseía en sus jardines. Los españoles ante lo difícil de pronunciar el nombre de huexolotl, del que deriva guajalote, pronto le adjudicaron el nombre de pavo, al compararlo con el pavo real europeo, aun sin ser excesivamente parecido. Lo real es que no se tiene certeza de la presencia del pavo en Europa hasta 1550, año en el que por primera vez es descrito por Bruyerin Champier en su libro “Insulis Indae” al igual que el jesuita Ludovicus Nonnius en su tratado “Diatiticon sive de re cibaria” . Fue esta orden religiosa la responsable de su introducción en el viejo continente, de ahí que en algunas zonas se le empezara a llamar, al principio “jesuita”. En Francia era llamado “gallo de Indias” o “coq d`Inde” de donde deriva el actual “dinde para la pava y “dindon” para el pavo. Los ingleses lo llaman “turkey” tal vez por que los comerciantes ingleses lo habrían probado por primera vez en Cádiz a su vuelta de un viaje a Turquía.

En aquella época se convirtió en emblema de la excelencia gastronómica, que se reservaba a la monarquía y a la alta sociedad, y algún tiempo después, en protagonista de las comidas y cenas navideñas. El rey Sol, Luís XIV, convierte al pavo en un ave ostentosa en su palacio de Versalles, llegando a nombrar un Capitán de Pavos del Rey.

Es en Estados Unidos donde el pavo guarda mayor protagonismo como menú principal en una de sus fiestas mas conocidas, el Día de Acción de Gracias. Es una costumbre americana comprar u ofrecer en esta fecha un pavo, el más grande posible. Dicha costumbre tiene su origen en la comida de la primera celebración de Acción de Gracias que realizaron los colonos estadounidenses en noviembre de 1623 donde degustaron pavo silvestre. Ese año los pioneros obtuvieron una abundante cosecha, y como agradecimiento a sus vecinos los indios, con quienes habían trabado amistad organizaron una gran comida invitando a los mismos. Los indios les habían descubierto los pavos salvajes, las calabazas, los arándanos, el maíz, motivo más que suficiente para estarles agradecidos. Como dato interesante, podríamos mencionar la propuesta que hizo el presidente americano Benjamin Franklin, de que fuera este animal el que apareciese en el escudo de los Estados Unidos en lugar del águila calva, ave solemne e imponente, pero agresiva, que se alimenta de carroña y de robar sus presas a otras aves. El pavo, sin embargo, podía ser una opción lógica, por ser un ave de hábitos gregarios, no agresiva, pacifica y de importancia tanto económica, como alimenticia. Su propuesta no tuvo mucha aceptación, probablemente por que la mayoría de los inmigrantes estadounidenses eran originarios de países europeos donde el águila aparece en la mayoría de los escudos nacionales.



Los pavos (Claude Oscar Monet)

El pavo es un animal muy curioso por su naturaleza. El pavo macho muestra todo su esplendor delante de las hembras, mostrando todo su plumaje en toda su fastuosidad con una apariencia aristocrática. Cuando comienza su danza para llamar su atención su cuerpo se atiesa y gorgotea alzando su cabeza, con una mirada aguda y directa. Saca su enorme pecho hacia delante. Cada pluma de su cuerpo se para por si sola y las plumas de su cola se abren como un abanico. Sus alas se extienden hacia abajo en forma de cortinas y las arrastra por el suelo al mismo tiempo que zapatea con sus patas espueladas, moviéndose en círculo alrededor del corral para que todos lo vean. Durante esos instantes el pavo es el rey de la granja. El pavo realiza este ritual para llamar la atención de la hembra, la cual aparenta no hacerle caso, este acto llamado pavonearse ha sido tomado como símil en personas que hacen ostentación de su gallardía.

Dicho todo lo anterior esperemos que el pavo se pavonee en nuestras mesas en todo su esplendor durante estas navidades.

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