LAS BUENAS MANERAS.

“Nunca terminamos de aprender. Y si algún día lo dudamos, descubriremos nuestra propia ignorancia”. (Will Durant).

La educación es la clave del futuro. la clave del destino del hombre y de su posibilidad de actuar en un mundo mejor.

Estamos en fechas en las que se producen extraordinarios dispendios, o lo que es lo mismo, gastos que en muchas ocasiones son excesivos e innecesarios, circunstancia esta que se hace evidente de una forma particular en las comidas navideñas. Todo para hacer de estas fechas un momento mágico y demostrar al mundo el poder de nuestra economía. Parece inevitable entrar cada año en la misma discusión y suscitar la misma reflexión, la celebración de la Navidad ha perdido su sentido religioso y, además, va en la dirección contraria a los valores que debería recordarnos. Sin embargo estos momentos de crisis económica que vivimos y que con toda seguridad harán que nuestro desembolso económico en asuntos gastronómicos sea menor, facilitará que pongamos en alza otros valores que concurren en las comidas navideñas y que no se circunscriben a lo culinario como son las buenas maneras y la conversación en la mesa.

Desde el comienzo de la historia del hombre la forma de manifestar la amistad ha sido compartir la comida, de hecho el término "compañero" significa “comer del mismo pan”. No obstante algunas personas piensan que para el éxito de una comida, basta con que la planificación y la organización estén en perfecto orden. Sin embargo se olvidan del factor humano. Hay que atender personalmente a cada invitado y conseguir que quede satisfecho con las atenciones recibidas. La naturalidad, sin abandonar la cortesía ni la hospitalidad, son cualidades indispensables en todo buen anfitrión. Las costumbres en la mesa se han desarrollado simultáneamente con la cultura de cada época, siendo diferentes tanto en el tiempo como en el lugar.


Brillant-Savarin afirmaba que "recibir a alguien como nuestro invitado equivale a responsabilizarse de su felicidad durante todo el tiempo que permanezca bajo nuestro techo", estaba expresando una regla que desde el principio de los tiempos ha sido tenida por sagrada.


Las buenas maneras no deben nunca ser contrarias con el buen humor y la simpatía, un abuso en la aplicación de las normas de protocolo puede desembocar en una rigidez incómoda y desagradable para todos los que comparten mesa.


Las relaciones entre personas se fundamentan en una buena conversación. Y uno de los momentos del día que favorecen este intercambio cortés y ameno es la hora a la que nos sentamos a comer. En familia, con compañeros de trabajo, amigos o clientes, las comidas no son sólo una forma de alimentar el cuerpo sino también el alma.


El sentido común y el respeto hacia los demás son la razón principal de ser de las buenas maneras en la mesa. Muchos dicen que es allí donde se conoce si una persona es bien educada o no, de hecho, quién no ha oído el dicho ¨en la mesa y el juego se conoce al caballero”. Parafraseando al anteriormente aludido Brillant-Savarin "lo que distingue al hombre inteligente de los animales no es lo que come sino el modo en que lo hace".

La mesa y comer en familia no solo es el lugar donde mejor
se demuestra una buena educacion sino uno de los lugares
idoneos para adquirirla.

No hay comentarios: