LAS LAGRIMAS DE HELENA

Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardios
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.

(Antonio Machado).

Las primeras noticias históricas del tomillo nos trasladan al Antiguo Egipto, de cuyo termino "tham" que era un tipo de tomillo utilizado en los ritos funerarios, deriva el verbo griego "thym", que significa perfumar, en alusión al intenso y agradable aroma de la planta de ahí traducido por Virgilio pasa al latín de donde toma su nombre científico "Thymus vulgaris".

Son numerosas la leyendas en todas las épocas sobre esta planta de fabulosos poderes. La más extendida, basada en la mitología griega, afirma poéticamente que la planta del tomillo surgió de una lagrima derramada por la noble "Helena de Troya", de la que los guerreros obtenían fuerza y valor para la lucha. Otra leyenda, en esta ocasión cristiana, relata que cuando José de Arimatea trasladó el Santo Grial a la montaña Sagrada de Montserrat, los ángeles poblaron sus laderas con tomillo a fin de perfumarlas y otorgaron a esta planta propiedades curativas.



El rapto de Helena. (Guido Reni).

Los griegos la utilizaban en sus baños y la quemaban no solo como incienso en sus templos sino como purificador del aire durante las epidemias. También conocieron sus virtudes medicinales para las enfermedades del pecho, como desinfectante o contra los dolores articulares, como se recoge en los escritos del medico y filosofo Galeno, que aconsejaba su uso en polvo. Del mismo modo los griegos valoraban mucho una miel elaborada de las flores de "herpellon", una variedad de tomillo que crecia en los montes que rodean Atenas. También narra la tradición cristiana que en el pesebre del niño Jesús, la Virgen María puso unas ramas de tomillo entre las pajas que cogió del establo de Belén. Igualmente la etnia gitana distingue al tomillo como una planta sagrada, afirmando que un antiguo dios egipcio se la obsequio a su pueblo.

Entre los romanos como entre los griegos era habitual su uso en los baños por sus propiedades estimulantes, motivo por el cual los soldados romanos tomaban baños de tomillo antes de una batalla en la creencia de que les confería fuerza y coraje. Lo introdujeron también en la cocina perfumando vinos, quesos y carnes. Se sabe que en esta época los conquistadores romanos divulgaron el cultivo del tomillo por Europa occidental. Ya en la antigua Bizancio, por influencia de Roma, se encuentran elaboraciones de recetas con el tomillo como condimento en sopas, carnes y salsas. El poeta Virgilio le consagra un párrafo en sus Georgicas, exaltando su olor, y Plinio nos indica que el tomillo debe de cogerse cuando está en flor y secarlo a la sombra.

En la Edad Media, las mujeres a menudo daban a sus caballeros y a los combatientes ofrendas en las que ponían ramas de tomillo, que estos bordaban en sus ropajes coronadas por una abeja para recordarles que el aguijón de la abeja era el que representaba su valentía y dureza, pero que ello no debía excluir la humanidad, la clemencia y la dulzura que representaba el tomillo. El tomillo también se usaba como odorífero en los funerales y se ponía también en el ataúd del difunto con lo que creían asegurar un buen paso a la otra vida. En la zonas rurales existía la costumbre que aun perdura de emplear las ramas de tomillo contra las tormentas y los rayos, junto con el ajo o el laurel.

Su principal componerte es el aceite esencial de tomillo. Como en otras muchas plantas, su extracción se hace mediante la destilación de las hojas. El elemento más importante del aceite es el llamado timol, tiene propiedades antisépticas. No obstante es preciso ser prevenido al utilizarlo ya que mal aplicado puede llevar a intoxicaciones. Debido a sus propiedades carminativas, el aceite esencial de tomillo es eficaz para aliviar trastornos estomacales. El uso más conocido del timol es como agente bactericida, fungicida y antiviral. En algunos casos es efectivo incluso con bacterias o microorganismos resistentes a otros métodos de la medicina tradicional.


Tomillo. (Sole Toribio Rodríguez)

En cuanto a sus aplicaciones culinarias, son muy variadas. Es imprescindible su aportación en el "bouquet garni" francés, manojo de perejil, tomillo y laurel que se añade a sopas y guisados siendo además una de las plantas que forman la combinación conocida como "Hierbas de la Provenza". En Egipto, para aliñar la carne, se utiliza una mezcla de semillas tostadas formada básicamente de sésamo y avellanas junto con cilantro, comino, pimienta negra y tomillo, conocida con el nombre de "dukka". Existe otro condimento llamado "zahtar", utilizado en los países del Medio Oriente que contiene, además de tomillo, orégano, semillas de sésamo y se come con pan de pita y aceite de oliva. Lo llaman "comida para el cerebro" y se les da a los estudiantes como desayuno para que se les "abra el cerebro". Y puede ser real ya que, concretamente el tomillo, contiene naringenina, un flavonoide que favorece la circulacion y es rico en niacina, vitamina que contribuye al suministro de glucosa al cerebro. En la Europa meridional, sobre todo en Francia y el noroeste de España, el tomillo es muy utilizado en la cocina sobre todo para perfumar sopas y potajes, mantequillas con o sin añadidura de ajo, vinagres y aceites, adobos o salsas, para dar gusto a las verduras, pescados, pollos o carnes de buey y cordero.

¿Que sería de muchos de nuestros platos sin tu aromática presencia ? Derramado sobre nuestros alimentos como un llanto de perfume fueron las lagrimas de Helena.



El Tomillo.

ODA A LA CASTAÑA.


Mi fea, eres una castaña despeinada,
mi bella, eres hermosa como el viento,
mi fea, de tu boca se pueden hacer dos,
mi bella, son tus besos frescos como sandías.

(Pablo Neruda)


Naturaleza muerta con manzanas, cesta y unas castañas. (John F. Francis).


Del follaje erizado
caíste
completa
de madera pulida,
de lúcida caoba,
lista
como un violín que acaba
de nacer en la altura,
y cae
terminado en secreto
entre pájaros y hojas,
escuela de la forma,
linaje de leña y de la harina,
instrumento ovalado
que guarda en su estructura
delicia intacta y rosa comestible.
En lo alto abandonaste
el erizado erizo
que, entreabrió sus espinas
en la luz del castaño,
por esa partidura
viste el mundo,
pájaros
llenos de sílabas,
rocío
con estrellas,
y abajo
cabezas de muchachos y muchachas,
hierbas que tiemblan sin reposo,
humo que sube y sube.
Te decidiste,
castaña,
y saltaste a la
tierra,
bruñida y preparada,
endurecida y suave
como un pequeño seno
de las islas de América.
Caíste
golpeando
el suelo
pero nada pasó,
la hierba
siguió temblando, el viejo
castaño susurró como las bocas
de toda una arboleda,
cayó una hoja del otoño rojo,
firme siguieron trabajando
las horas en la tierra.
Porque eres
sólo
una semilla,
castaño,
otoño, tierra,
agua, altura, silencio
prepararon el germen,
la harinosa
espesura,
los párpados maternos
que abrirán, enterrados,
de nuevo hacia la altura
la magnitud sencilla
de un follaje,
la oscura trama húmeda
de unas nuevas raíces,
las antiguas y nuevas dimensiones
de otro castaño en la tierra.

EL OTOÑO HUELE A MEMBRILLO

“Te envió esta flor de membrillo, que dentro del lenguaje de las flores expresa lo que te quiero decir hoy: Eres mi tentación". (Carlos Enrique Ungo).

Ya no huelen a membrillo los armarios, ni las arcas donde se guardaban antaño los linos, los encajes, los misteriosos tejidos para vestir las camas, las cortinas, las mesas para banquetes de fiesta. Cuando los últimos rayos de sol del verano y los primeros del otoño calientan nuestros campos, su perfume inunda acequias y huertas. El otoño huele a membrillo, y es que cuando llega el mes de Octubre celebramos el sabor, el olor y los beneficios de un fruto tan delicioso y saludable como éste. No existe otro igual. El membrillo cuyo nombre científico es “Cydonia oblonga”, es el fruto del membrillero, árbol de la familia de las Rosáceas y originario de los países ribereños del mar Caspio. Los griegos conocían una variedad de membrillero autóctono de la ciudad de Cydon, en Creta, de ahí su nombre científico. No obstante, el término membrillo procede del vocablo latino “melimelum”, que viene a significar “especie de manzana muy dulce”. El cultivo del membrillo posiblemente fue anterior al de la manzana, y es probable que la manzana citada en el libro bíblico del “Cantar de los Cantares” fuese en realidad un membrillo. Igualmente, hay teorías que sostienen que el fruto del Jardín del Edén que Adán ofreció a Eva, no fue una manzana, sino un membrillo dorado y perfumado. Si se admite que el Edén estaba situado en Mesopotamia, no es ilógico pensar que crecieran membrillos y no manzanos en esas regiones. Sin embargo los que rechazan esta teoría argumentan que esta bella fruta no es comestible al natural. ¿O acaso intentaban simbolizar el amargor del pecado?



En las antiguas civilizaciones, el membrillo tenía connotaciones muy diferentes. En la mitología Griega, podemos encontrar estatuas donde está presente e incluso en Pompeya existían mosaicos y pinturas, donde el membrillo normalmente aparecía representado en las garras de un oso. En el país heleno el membrillo estaba consagrado a Afrodita, la diosa del amor y la fecundidad, Plutarco cuenta que las novias griegas mordían un membrillo para perfumar su beso antes de entrar en la cámara nupcial.. Los romanos perpetuaron esta creencia y popularizaron la costumbre de proveer a los recién casados con un membrillo antes de entrar al hogar como símbolo de suerte, para alejar malas influencias, por ese motivo en sus huertas o jardines los plantaban cerca de las fuentes. Los romanos también utilizaban los membrillos en su cocina. Apicio describe recetas para guisar el membrillo con miel, y hasta para combinarlos, asombrosamente, con puerros. Plinio mencionó una variedad que podía comerse crudo, el membrillo de Mulvian. Columella nombró tres variedades, una de las cuales, “la manzana de oro”, que probablemente fuera la fruta del paraíso citada en el Jardín de Hespérides. Se sabe que Carlomagno llegó a decretar que se plantaran membrillos en todas las huertas junto a manzanos y otros frutales. Fue muy utilizado en la cocina Andalusí. Era el omnipresente fruto que utilizaban para rellenos, compotas y arropes. A partir del Siglo XII se comenzó a utilizar con la carne, cubierto en alcaravea y gotas de vinagre.



Membrillos. (Rosa Gutierrez)

Por su áspero sabor no suelen consumirse en crudo pero la abundancia de pectina de esta fruta le otorga la consistencia apropiada para elaborar mermeladas y compotas, sin necesidad de agregar otras sustancias espesantes. Con el membrillo troceado y hecho puré y azúcar se prepara la aromática carne de membrillo español o el cotignac francés, así como la pasta de membrillo inglesa que se degusta como dulce o entra a formar parte de los budines. Como apunte curioso, poca gente sabe que si se introduce un membrillo cortado en dos en el agua del mar, su sabor, de duro y agrio, se tornará en deliciosamente dulce. Este método se realiza usualmente en la isla de Gran Canaria. Puede usarse también como jarabe medicinal de uso tónico. Las bebidas y dulces que se elaboran con ellos son deliciosos y además, excelentes para la salud. Las demandas de la fruta son estrictamente limitadas y por consiguiente, se alcanza rápidamente un buen precio en los mercados. El membrillo también se emplea en medicina debido a sus propiedades astringentes, reconstituyentes y estomacales. Las numerosas semillas del fruto contienen abundante mucílago por el cual se encuentran envueltas, y que también está en los cartílagos de los carpelos, que es aplicado en farmacia y perfumería, pues con ellas se prepara la bandolina, gomina que emplean los peluqueros para lustrar y fijar el cabello. Su madera es blanca con tonos rosáceos y se usa en ebanistería, ya que se puede tornear con facilidad. El membrillero se emplea con asiduidad como patrón para el injerto de otros frutales de la familia de las rosáceas y hasta hace poco tiempo existía la práctica de colocar membrillos entre las prendas del ajuar de los recién casados para perfumarlos, además de ponerlos debajo del lecho conyugal como símbolo de fecundidad, tal vez recordando la costumbre tanto de griegos como romanos, tal como antes hemos contado. Se utiliza también como árbol decorativo en flor, siendo muy atractivo para pequeños jardines. Utilizándose también para setos vivos, pues admite bien el recorte. Recuerda, el otoño huele a membrillo. Como los besos de una novia.



El Membrillo.