EL VINO, LA SANGRE DE LOS DIOSES III.


"Y en invierno, cuando saquéis el vino, que haya en vuestro corazón una canción por cada copa, y que haya en la canción un pensamiento por los dias otoñales, y por los viñedos, y por el lagar. (Gibran Khalil Gibran).

Tras la caída del Imperio Romano, las actividades agrícolas como el cultivo de la vid, se vieron seriamente amenazadas por hordas de terribles invasores que asolaban Europa, pero para entonces la vid y el vino estaban íntimamente relacionados con el modo de vida mediterráneo. Fue la iglesia y más en concreto las órdenes monásticas quienes se convirtieron en los agentes necesarios para salvaguardar la viticultura, ya que el vino era tan preciso para la eucaristía, de esta forma garantizaron una continuidad en el consumo. Cuando Europa logró salir de ese periodo oscuro, las viñas se localizaban principalmente en torno a los monasterios y catedrales. Los monjes no se conformaron con hacer vino sino que perfeccionaron todas las técnicas conocidas hasta entonces, escogieron las mejores plantas, ensayaron diferentes procedimientos de poda y seleccionaron las mejores tierras.



San Hugo en el refectorio de los Cartujos. Francisco de Zurbarán (1598-1664)


A partir del siglo VII con la expansión musulmana se origina una crisis en los viñedos mediterráneos, a partir de ese momento cobra protagonismo la viticultura de Borgoña, Champagne, Burdeos, Flandes o incluso países tan poco proclives al cultivo de la vid como Inglaterra o Dinamarca. Los señores feudales imponen a los monasterios y abadías la necesidad de establecer plantaciones que garanticen una producción vinícola aceptable, obligación esta que aceptan de buen grado por sus propias necesidades litúrgicas. Por otra parte el desarrollo de las ciudades y como consecuencia el nacimiento de una primitiva burguesía hace crecer la demanda que durante este periodo histórico estuvo circunscrita a clérigos y nobles. El progresivo retorno a una cierta calma permitió el desarrollo de los viñedos y estimuló el comercio. El vino jamás había perdido su valor como bien de cambio. Con esta recuperación del negocio surgieron las grandes flotas dedicadas a su transporte, cientos de navíos mercantes zarpaban de Burdeos o de la desembocadura del Rin rumbo a Gran Bretaña e Irlanda. También los ríos europeos se convirtieron en vías comerciales de importancia, las barricas y toneles repletos de vino eran pesados y difíciles de mover, por lo que el transporte en barco era el más adecuado.


Puerto de Burdeos.Édouard Manet (1832–1883). 

Para el hombre del medievo el vino no era un lujo, en muchos casos era una necesidad. Las ciudades proporcionaban un agua impura y con frecuencia contaminada y nociva para la salud. Al ejercer una labor antiséptica, fue parte importante de la limitada medicina de la época. Se combinaba con el agua para hacerla bebible, pocas veces se consumía agua pura, sobre todo en las ciudades.

En 1492 Colon descubre América y treinta años después, Elcano culmina la primera circunnavegación del planeta. Estos dos hechos supusieron una paulatina expansión de la vid, principalmente desde el mediterráneo hacia aquellos países que por latitud permiten el cultivo de la planta. México, California, Perú, Chile y Argentina en el continente americano durante el siglo XVI, Sudáfrica durante el XVII y Australia durante el XIX. La solicitud de vinos de consumo diario absorbió la producción de los viticultores durante algunos siglos, pero concluyendo el siglo XVII y al amparo de una clase social más que pudiente, con gusto por lo selecto, se le exige al vino de calidad ese factor diferencial que supone beber algo único e irrepetible, ese elemento estético y exquisito que hacen de un gran vino algo milagroso. Arnaud de Pontac dueño de Château Haut.-Brion y presidente del parlamento de Burdeos comenzó a elaborar vinos, utilizando nuevas normas, que posteriormente serian habituales; bajo rendimiento, selección esmerada del fruto, disciplina en la vinificación y envejecimiento en bodega. La intención era ciertamente conseguir vinos que acreditaran sus elevados precios. Hasta entonces, el vino se consumía dentro del año de la cosecha, cuando se acercaba la nueva vendimia, el precio del vino “viejo” descendía. Durante este siglo se desarrolla la botella y resurge el corcho olvidado desde la época de los romanos, esto permitió el almacenamiento del vino. Poco después, el químico francés Louis Pasteur , emprendió una serie de estudios sobre las fases de la fermentación así como de los fenómenos que ocurrían en ella, dando paso de esta manera a la enología moderna.


Retrato de Louis Pasteur. Albert Edelfelt (1854-1905).


Bien avanzado el siglo XIX ocurre un acontecimiento que marcaría un antes y un después en el milenario viñedo europeo. Hace su aparición en el Midi francés la más destructora de las plagas de la vid, la filoxera, un pequeño pulgón que se nutre del jugo de sus raíces. Procedía de América, a través de plantas importadas, devastó prácticamente todo el viñedo europeo, sólo una minoría de cepas se lograron salvar hoy conocidas por prefiloxericas o de pie franco. Paradójicamente del mismo lugar del que vino el mal vendría su solución. Se descubrió que las vides que se injertaban en pie americano eran inmunes al parásito  proceso este en el que se vio involucrado la totalidad del viñedo afectado. Determinados viñedos anteriores a la plaga no volvieron a ser replantados.

Durante un gran periodo del siglo XX los esfuerzos de los viticultores están orientados a recuperarse de la crisis atravesada durante el siglo anterior. Las dos guerras mundiales y sus crisis económicas consecuentes, hacen mella en este proceso. Se promueve un importante avance en el desarrollo de la legislación vitivinícola, con ella se intentaba evitar el fraude y estimular la autenticidad, nace de esta manera el sistema francés de denominaciones de origen AOC, y posteriores reglamentaciones en otros países inspiradas en él, pero con sus naturales diferencias.

La ciencia se introduce en los métodos de vinificación, se desarrollan programas de investigación botánica, se estudia en profundidad el proceso de fermentación introduciendo medidas correctoras que lo mejoran, paralelamente también se analiza y perfecciona toda la fase de crianza en bodega, todas estas mejoras dan como resultado una mayor previsión y una mejora significativa de los rendimientos.

En la actualidad el vino de calidad se ha convertido en un fenómeno que se ha puesto de moda en el mundo entero. El comienzo de este siglo, viene marcado por una prosperidad para sus admiradores, con abundancia de buenos vinos a precios relativamente razonables.

Podríamos concluir este recorrido histórico con una cita de Alejandro Dumas “La comida es la parte material de la alimentación, pero el vino es la parte espiritual de nuestro alimento”.



Bodega gótica del Monasterio de Vadillo (Frías).

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